16. LA MUERTE
EL MISTERIO DE LA MUERTE
El máximo enigma de
la vida humana es la muerte. El hombre sufre con el dolor y con la disolución progresiva
de su cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua.
Juzga con instinto seguro cuando se resiste a aceptar la perspectiva de la
ruina total y del adiós definitivo. La semilla de la eternidad que en si lleva,
por ser irreductible a la sola materia, se levanta contra la muerte. Todos los
esfuerzos de la técnica moderna, por muy útiles que sean, no pueden calmar esta
ansiedad del hombre; la prolongación de la longevidad que hoy proporciona la biología,
no puede satisfacer ese deseo del mas allá que surge inevitablemente del corazón
humano.
CONCEPCION DE LA MUERTE SEGÚN:
PLATON: Platón considera que filosofar
es prepararse para morir, pero prepararse para morir no es otra cosa que pensar
en la vida. El saber que vas a morir es lo que hace que tu vida sea única e
irrepetible. Todas las tareas y empeños que hacemos o ponemos en nuestra vida
lo utilizamos para resistir ante la muerte. Es la conciencia de la muerte la
que convierte la vida en un asunto muy serio para cada uno.
CRISTIANISMO: Al contrario que las leyendas más antiguas que
intentaban explicar la inevitabilidad de la muerte, el cristianismo promete una
existencia más feliz y luminosa que la vida terrenal para quienes hayan
cumplido los preceptos de Dios, si no se cumplen se tendrá una existencia de
refinadas torturas. Lo que quiere decir que si cumples las leyes establecidas
por Dios tendrás una existencia y tranquila, pero si en la vida no haces caso a
esas leyes y no te mereces ese acceso a la vida feliz, tu existencia será una
amargura constante.
EPICURO: Este sabio trata de
convencernos de que no hay que tenerle miedo a la muerte si reflexionamos sobre
ella. Epicuro afirma que los verdugos y horrores infernales no son más que
fábulas que no deben asustarnos a la hora de pensar en la muerte ya que nunca
vamos a coexistir con la muerte, si estamos nosotros no puede estar la muerte y
al contrario. Es decir según Epicuro nos morimos, pero nunca estamos muertos.
Lo temible sería si coexistiésemos con la muerte y quedarse de algún modo
presente, pero sabiendo que uno ya se ha ido del todo.
LUCRECIO: Lucrecio
planteaba que si habíamos estado tanto tiempo sin ser (antes de nacer), si
volviésemos al mismo sitio (si existe) del que partimos. Esto lo constató con
unos versos inolvidables:
Preocuparse
por los años y los siglos en que ya no estaremos entre los vivos es como
preocuparse por los años que han precedido nuestro nacimiento. Ni antes nos
dolió, ni después nos dolerá. Deberíamos reflexionar más acerca del nacimiento
que tiene igual relevancia que el asombroso hecho de la muerte.
SOCRATES: el sabio es aquel
que conoce por el afán de conocer, el amor al saber por el saber. Es por ello
que afirma que "Temer a la muerte no es otra cosa que creer ser sabio sin serlo, pues es creer saber lo que no se sabe". La
filosofía entonces nos prepara para la muerte debido a que nos hace más
conscientes acerca de nuestra propia vida, tener una conciencia acerca de los
límites puede ser un punto de partida para la búsqueda de la verdad y el bien,
para la "riqueza del alma".
ARISTOTELES: la temática de la muerte
aparece cargada de una racionalidad ética, en donde "se trata de saber
cómo vivir una vida a sabiendas temporal, pero con sentido". La metafísica
nos plantea la existencia de Dios como fundamento para un orden universal, pero
la muerte no puede ser conocida en un solo sentido, como en las matemáticas.
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